He llegado a conocer a bastantes
personas que aun gustándoles la escritura con estilográfica, no
llegan a practicarla a diario, alegando que, o bien no saben qué
mantenimiento necesitan, o bien lo saben, pero no lo aplican por
falta de tiempo, pereza, etc.
Pero la verdad es que pocas máquinas o
herramientas necesitarán de un mantenimiento tan simple, sencillo y
rápido como el que requiere una estilográfica, sobre todo si se
utiliza frecuentemente.
Lo primero que yo recomiendo, es que
cada vez que se le acabe la carga a una pluma le hagamos un rápido
lavado. Para ello, basta con que desenrosquemos la sección de agarre
(también llamada simplemente sección o boquilla) y la pongamos bajo
el grifo, hasta que veamos que el agua sale clara. Después la
dejamos secar o incluso podemos envolverla con papel higiénico para
que absorba el agua más rápidamente, y listo. Ya podemos volver a
cargarla y a utilizarla con toda normalidad. Solo tenemos que tener
una precaución importante: NUNCA lavar una estilográfica con agua
caliente, ya que podríamos estropear alguna de las partes internas
de la sección como el alimentador, el depósito, etc.
En una siguiente entrada, explicaré
qué hacer cuando la pluma no escribe por llevar mucho tiempo sin
utilizarla.